miércoles, 3 de junio de 2015

Episodio 1

Hace tiempo, mucho tiempo... en un lugar del que nadie sabe ni nadie conoce, en un gran edificio  una silueta se pasea danzando por un salón vacío, los movimientos frágiles pero a la vez apasionados hacían ver este ballet lleno de emoción y sentimiento. 
En el fondo, se podía escuchar una melodía lejana proveniente de algún salón, era una canción de piano...


La melodía hizo que la silueta dejara de bailar, captando su atención, miro a los lados y sin dudar salio rápidamente por la puerta tratando de escuchar atentamente para encontrar el lugar de donde provenía el sonido. 


El lugar donde se encontraba, era una academia artística de prestigio, el edificio era grande y muy viejo, había numerosas habitaciones para los alumnos y varios salones para cada especialidad artística.


La silueta era una chica, de estatura promedio, muy delgada y de cabellos tan negros como el carbón, sus ojos eran de un hermoso verde oliva y una nariz respingada y pequeña. 


Doblo a la izquierda encontrándose con las escaleras que guiaban al salón abandonado, un salón al que ya nadie solía ir, ¿los motivos? ni ella sabia el porqué, solo era así y nada más. Subió, podía sentirse el leve olor a humedad, las escaleras estaban polvorosas pero el sonido se hacia mas fuerte y mas claro, al subir pudo ver la puerta entre abierta, asomo la vista.


Una persona, sola y con la mirada tan vacía, parecía que acariciaba el piano de forma delicada pero a la vez tocándolo con suma tristeza, algo resbalaba de las muñecas del pianista, goteando por las teclas.


Ella abrió la puerta haciendo que produciera un ruido agudo, la persona en acto de reflejo dejo de tocar, levantando su vista en dirección a ella, frunciendo el ceño.


Lo miro con suma atención, era un muchacho, su cabello era igual de negro que el de ella pero ondulado, era delgado y sus ojos tenían un tono gris, pero a pesar de que su mirada penetrara con la de ella, se sentía un vació, se veían tan cansados y tan tristes.


- ¿Qué haces aquí? .- Dijo el muchacho, su voz era firme, y grave. 


- La curiosidad me trajo.. .- La voz de ella era tranquila y suave, se acercó sin sentirse intimidada.


- Lárgate .- El muchacho se levanto a la defensiva.


El pie de ella se topo con un abre cartas, manchado de lo que parecía ser sangre; levanto la vista y pudo ver que las muñecas del muchacho sangraban levemente.


- Mientras ensayo, suelo lastimarme algunas veces, en este tiempo afortunadamente no me ha pasado nada .- Ella sonrío mientras de su bolsillo sacaba unas vendas.- No es muy común ver alumnos en esta temporada, todos están de vacaciones .- Mientras hablaba, deposito los vendajes sobre el piano. 


Él la observaba en silencio, la actitud que mostró, como si no hubiese pasado gran cosa lo desconcertó, la tenía muy cerca, de un momento a otro levanto la vista. 


- ¿Cómo algo tan lleno de sentimiento, puede ser tan vació? .- Dijo ella, mirándolo a los ojos unos minutos para después apartarse y salir del lugar no sin antes susurrar .- Charlotte... .- Desapareciendo tras esa vieja puerta.



Nuevamente, en ese salón abandonado, todo volvió a ser un desgarrador silencio, el volteo para atrás, el gran ventanal le daba la vista al jardín y unas nubes negras se veían cercanas.


- Kit... .- Susurró él, sentándose en el taburete, mirando hacia afuera. 


Las cicatrices dejan recuerdos, no se lastimaba por el hecho de querer morir, de nada iba a servir comenzar a iniciarlo todo de nuevo, la vida se dedicaría a ponerlo nuevamente en este mundo.
Una cicatriz era un recuerdo, era un recordatorio para jamás olvidar... las primeras sensaciones que vivió.

Eso pensaba Kit mientras veía como la lluvia se desataba intensamente. 


sábado, 14 de febrero de 2015

Prólogo


He regresado, una vez mas he regresado a este mundo.


El mundo me recibe, de nuevo. He nacido, en un día frío de diciembre, mientras la nieve cae y parece ser que en el momento de mi nacimiento el mundo se detiene un segundo, para luego transcurrir como si nada hubiese pasado.


Siempre regreso, sin propósito alguno. 


Cierro los ojos a la hora de mi muerte y al abrirlos me encuentro nuevamente aquí, donde inicia todo para los recién llegados, un hospital. 


Soy el único que puede recordar, siempre he buscado la respuesta del porqué puedo hacerlo pero al parecer no la hay, me pregunto muchas veces ¿que hago nuevamente aquí? ¿cuál es mi propósito? 


En vidas pasadas, he sido una persona reconocida o alguien común y corriente. Pero nada de lo que haga o intente me da una salida al descanso infinito. Estoy cansado de regresar... al mundo donde de alguna forma se destruye mas.


Al regresar, siempre hay un vacío en mi, una necesidad de encontrar algo, pero a lo largo de esté tiempo ni siquiera he estado cerca de hallarlo. Ni la fama, ni logros, ni nuevos hallazgos  han logrado calmar el hueco que hay en mi.


Con esta, son cien veces que regreso... ¿podré encontrarlo en esta vida?...


Pero... ¿qué es lo que debo buscar?...


Las mantas blancas con las que soy arropado, la nieve que cae y la luz cegadora se confunden en mi piel pálida, soy un varón. 


Muchas veces he renacido en una mujer, en un hombre, en un animal o formo parte de la naturaleza... 


Me encuentro en un lugar cálido, los brazos de mi madre, donde soy protegido con afecto. pero aun cierta inquietud invade mi corazón. 


Los ojos negros, que me observan con tanto amor me hacen sentir incómodo, aun no puedo olvidar a mi primera madre, sus ojos eran de un hermoso avellana, no puedo evitar sentirme como un extraño en estos brazos. La desconocida a mis ojos está sola, ¿será está mi misión? no tengo idea...


Sus brazos me aprietan más, su dulce olor me invade, palpita mi corazón, recuerdo este afecto. Las lágrimas caen en mis mejillas, son de ella, no puedo ver su expresión. 


-Kit....- Pronuncia una dulce voz, sus labios parecen dulces y suaves de un color rosa pastel.


Es mi nuevo nombre, en este mundo ya no tan nuevo para mi... cierro los ojos acurrucándome en el pecho de mi madre, siendo arropado por sus cálidos brazos y arrullado por el palpitar tranquilo de su corazón...